Vida, muerte… continúa lo que parecería una peculiar carrera de relevos sin salida ni meta, donde el testigo–las ramas científicas que cobran alternativo protagonismo en nuestras páginas– discurre una y otra vez por las mismas manos en orden azaroso.
Rafael Alberto Pérez
Si la física y la matemática han sido las más beneficiadas por el concurso de las «Ciencias de la complejidad», las ciencias sociales han experimentado una auténtica revolución gracias a los «Algoritmos comple- jos» y, sobre todo, a las perspectivas que aporta el «Pensamiento complejo».